Adelgazando
L’Homme qui marche, Alberto Giacometti, 1960
Guggenheim, Bilbao
Vuelvo a mi peso de combate
brazos como clubes
piernas como troncos de árboles
vientres apenas abultados
nalgas dignas de escultoras
No me malentiendas
no busco conflicto
no pretendo malicia
no anhelo huesos rotos
no deseo que la sangre fluya
Mi arma preferida es la pluma
el argumento que apela a la razón
cortando el mal a las rodillas
de potenciales déspotas
antes de que llegue a sus labios
Desafiando los ismos del conflicto -
fundamentalismo, irredentismo, racismo –
y todos sus hermanos sin esperanza
Pero con demasiada frecuencia, no hay lugar para sentimientos nobles
tu única opción es la espada
Intentas manejar con justicia
Sabiendo que caerán inocentes
Rezando para que tu esencia no sea sacrificada
Mientras “hundes y retiras”-
“mientras hundes y retiras”
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